No hay duda de que nos encontramos ante un nuevo paradigma en la concepción de espacios fundamentado en las personas que los ocuparán. Esta tendencia en auge tiene su origen en el movimiento global placemaking que, según su fundador, Fred Kent, consiste en “convertir un espacio en un lugar por el que no puedes esperar a pasar, en uno del que nunca quieres salir”. Este concepto anglosajón hace hincapié en la distinción entre el espacio, como dimensión física, y el lugar como un espacio con identidad y usos propios creado para sus usuarios.
El placemaking es un enfoque multifacético orientado a construir lugares únicos, experienciales, generadores de confort y bienestar físico y emocional. Persigue la creación de un sentimiento de pertenencia, fortaleciendo la conexión entre las personas y los lugares que comparten.
En este sentido, está constatado que el entorno tiene un impacto directo y altamente positivo en nuestras emociones, así como en la calidad de nuestras vidas. La metodología de esta disciplina integra la observación y la escucha activa de las personas que trabajan, viven, utilizan…, un espacio público concreto, para descubrir sus necesidades, comportamientos y aspiraciones. Con esta información se crean grandes lugares en los que su potencial y su valor compartido se maximizan.
Pero ¿qué hace de un espacio un gran lugar? Según Project for Public Spaces (PPS) , organización sin ánimo de lucro y pionera de este enfoque integral, la mayoría de los grandes lugares comparten cuatro atributos clave:
1. Son accesibles y están bien conectados con otros lugares importantes de la zona
2. Son cómodos, confortables y cuentan con una buena imagen
3. Atraen a la gente a participar en actividades allí
4. Son ambientes sociables que invitan a la gente a reunirse y visitar una y otra vez.
Aunque el concepto placemaking ha sido acuñado en el campo de la planificación urbanística, puede extenderse a cualquier tipología de espacios: oficinas, locales comerciales, hoteles, museos, centros deportivos…, cualquier lugar en el que las personas convivan e interactúen.
El placemaking es un proceso colaborativo en el que todos y cada uno de los agentes que intervienen en la planificación, diseño, ejecución y gestión de un espacio de uso público tienen cabida. Desde INCOGA integramos esta corriente en cada proyecto, en nuestro trabajo diario, en nuestra metodología y está implícito en nuestro slogan:
INCOGA, building for people.
